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Biografía

JOSE SALGUERO DUARTE
Escritor, poeta y pintor
La Línea de la Concepción/Andalucía/España
-Residente en Algeciras desde corta edad-

---Cursó el Bachillerato. Estudió Solfeo en el Conservatorio Manuel de Falla de Cádiz. Realizó cursos de Derecho Procesal; Penal; Civil; Constitucional; Ley Enjuiciamiento Criminal…

---Pregonero de la Feria de Abril de 2006 del Ateneo Popular de Sevilla, presidido por Águeda Nateras,...

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JOSE SALGUERO DUARTE
Escritor, poeta y pintor
La Línea de la Concepción/Andalucía/España
-Residente en Algeciras desde corta edad-

---Cursó el Bachillerato. Estudió Solfeo en el Conservatorio Manuel de Falla de Cádiz. Realizó cursos de Derecho Procesal; Penal; Civil; Constitucional; Ley Enjuiciamiento Criminal…

---Pregonero de la Feria de Abril de 2006 del Ateneo Popular de Sevilla, presidido por Águeda Nateras, ofrecido en el Ámbito Cultural del Corte Inglés de Sevilla.

---Investigador, debidamente acreditado por el Ministerio de Cultura.

---Ejerce el periodismo independiente y su pluma aparece en el Diario Independiente del Campo de Gibraltar El Faro Información del Grupo Información (Tribuna de opinión, cronista taurino, entrevistas, reportajes…); en varias revistas culturales de la zona y en medio centenar de foros en Internet, entre ellos www.periodistadigital.com y www.desdelcallejón.com.

---Miembro fundador del Ateneo Republicano del Campo de Gibraltar con sede en Algeciras. Y gran aficionado a la fotografía original.

---Director del a Revista Socio Cultural SociedadCasino de Algeciras.

---Fue redactor jefe gráfico de la Revista Taurina "Alamares"

---CONFERENCIAS

-Ha impartido conferencias sobre la vida y obra de Blas Infante “Padre de la Patria Andaluza”, Antonio Machado, Picasso, Historia de Algeciras, Almanzor, Estatuto de Autonomía de Andalucía, Constitucionalismo Español… Ha intervenido en recitales poéticos y en tertulias taurinas...

---CURSOS

-Ha asistido a congresos y cursos: Arte del Flamenco, Curso de Verano Universidad de Cádiz en San Roque, Andalucismo Histórico (Sevilla, Ronda y en Carmona), Mundo del toro bravo. Congreso Histórico sobre Almanzor. Primer Otoño Taurino de la Villa de Los Barrios, Cursos de Tauromaquia Ciudad de San Roque, Congreso sobre la Conferencia Internacional de Algeciras de 1906-2006…

---LIBROS ESCRITOS Y EDITADOS

---Año2002
--1º)Almanzor “Un Especial Universal”
-Relativo a la vida y obra del dictador de al-Andalus. Consta de 258 páginas y de numerosas fotografías realizadas por el autor.

FRASES FIRMADAS A PUÑO Y LETRA EN EL LIBRO:

a)Almanzor: un tirano especial por su falta de escrúpulos

b)La cultura, no protege a los tiranos

c)Secuestrar, quemar o destruir un libro, es atentar contra la vida y la libertad

José Salguero Duarte

-AFIRMACIONES

Los algecireños contemporáneos saben más de Almanzor por Salguero que por Dozy. El tesón popular y el lenguaje directo llegan donde no alcanza la sutileza de los doctores. Eso suele ocurrir.

Domingo F. Fáilde
Poeta


---Año2003
--2º)Desde la otra orilla
-Compuesto de artículos, ensayos, relatos, entrevistas y reportajes desde la otra orilla a los poderes establecidos. (Sobre caótica situación monumentos, calles,social, política...de Algeciras, siendo su alcalde Patricio González. De 400 páginas y otras tantas fotografías realizadas por el autor.


---Año2004
--3º)Arte y Lamentos Taurinos
-Tauromaquia del Campo de Gibraltar (Cádiz), temporadas 2003 y 2004. Consta de 448 páginas y unas 500 ilustraciones realizadas por el autor.


BESTIARIO DE ARTISTAS ALTERNATIVOS
JOSÉ SALGUERO

Por: Juan Emilio Ríos Vera
Presidente del Ateneo de Algeciras
Tribuna 19-03-04
El Faro Información


¡Qué falta le hacía al panorama literario y social de Algeciras un autor tan libérrimo como José Salguero Duarte!


José Salguero es con enorme diferencia el escritor más independiente y libérrimo que conozco. Su decisión de autopublicarse sus propias obras es tan firme y rotunda que incluso ha llegado recientemente a rechazar que un mecenas interesado en editar el libro que acaba de terminar le pagara la publicación de su más reciente obra.
Es según me ha comentado más de una vez, la garantía de que nunca perderá su autonomía y su libertad, que nunca tendrá que estar supeditado a nadie y que podrá decir las cosas como las siente sin cortapisa alguna.
Andamos continuamente los escritores buscando editores que nos publiquen nuestras obras y sufraguen los costes de la impresión de nuestros trabajos y suspiramos porque no tengamos que desembolsar ni un euro para ver nuestro libro impreso e incluso deseamos ganar algo de dinero, si es posible, con la venta de los ejemplares y, de repente te topas con un autor que no consentirás jamás tal circunstancia, pues le limitaría su libertad de expresión y estará temeroso de no decir nada contraproducente que pudiera molestar al editor y se vanagloria de no tener que rendir cuentas a nadie de aquello que dice y te rompe los esquemas totalmente con su valentía y su seguridad en lo que piensa.
Es cierto que, discrepando de muchos de mis amigos escritores, yo nunca he considerado un desmérito autopublicarse libros y que siempre lo he considerado una opción tan lícita como cualquier otra, puesto que hay ocasiones en que la temática que tocas es tan minoritaria que es difícil, por no decir imposible encontrar editor, pero nunca me había encontrado una postura tan intransigente ni tan firme en ese sentido “Yo soy mi propio editor y digo lo que quiero y como me da la gana” dice José Salguero y yo le digo “Chapeau y adelante”.
Tuve el honor ya de presentar ante un numeroso y entregado público el segundo libro de mí amigo Salguero el que llevaba por título “Desde la otra orilla” y contemplé por mí mismo el enorme interés que suscita todo lo que escribe este “francotirador” de la cultura algecireña que no se casa con nadie cuando toma la palabra y que reparte críticas y parabienes cuando cada uno se lo merece desde su particular punto de vista sin estar manipulado por nadie y sin deberle nada a nadie. Eso es lo que más sorprende y admira de la obra y el talante de Pepe Salguero, que un día puede dirigirle a un personaje público de la sociedad algecireña una mordaz y demoledora crítica y, al día siguiente alabar cualquier decisión acertada que haya tomado.
Y voy a tener de nuevo la satisfacción de presentarle ese libro dedicado al mundo de los toros que ya tiene entre sus manos y que aborda tanto las luces como las sombras de un mundo tan polémico y complicado como es el taurino.
José Salguero aplaude lo que considera hermoso y limpio de la fiesta nacional pero también denuncia lo corrupto, lo podrido y lo aberrante que se encuentra en su camino por esas plazas de Dios que él conoce como nadie. Y es que su flamante obra, que ha titulado con buen criterio "Arte y lamentos taurinos", es un reportaje impresionante de todo lo que se mueve en torno a ese arte y este negocio poco claro de los toros.
El despliegue fotográfico es asombroso y tan completo que sólo con mirar las fotografías te puedes crear una opinión acerca de lo que el autor nos quiere decir, pero cuando lees el texto jalonado de entrevistas, anécdotas, poemas y reflexiones te das cuenta que hay tanta belleza como basura en el mundo de los toros y que nadie hasta ahora se había atrevido a hablar tan claro al respecto.
Sé que algunos afirmaciones van a levantar ampollas entre los aficionados y que la polémica va a correr como la pólvora por los cenáculos y los mentideros taurinos, pero creo positivamente que hacía falta un libro de este calibre para desenmascarar muchas malas artes en ese intrínsico mundillo del que yo me confieso o me confesaba antes de su lectura un perfecto profano. ¡Qué falta le hacía al panorama literario y social de Algeciras, un autor tan libérrimo como José Salguero, aunque yo soy el primero que discrepo de muchas cosas de las que dice, pero lo que no se le puede negar es su fidelidad absoluta a su forma de pensar pese a quien pese y caiga quien caiga”.


---Año2005
--4º)Cuando Respira el mar
-Poemario de setenta y cinco poemas. Consta de tres partes: Cuaderno del Rinconcillo; Amanecer en Punta Carnero y Aguas revueltas, con ilustraciones realizadas por el autor. (Situación medio ambiental y situación de Algeciras y universal....)


Prólogos

GENIO Y FIGURA


Corría el año de gracia 2002 cuando vi por primera vez a José Salguero. El instante, no puedo precisarlo. Tuvo que ser, por fuerza, una de esas mañanas sabatinas y, por tanto, sabáticas, en las que acostumbraba, pluma en ristre y café, a sentarme en mi mesa del Cabsy’s, a ver tras los cristales cómo corría la vida por las calles de la ciudad o la bizarra lluvia echaba sus cortinas. Siempre era así Algeciras, desmedida e imprevisible, con un toque estridente de algarabía que recordaba su pasado árabe y estimulaba la imaginación. Allí, envuelto en un paréntesis de bruma, náufrago –como tantos- de sí mismo, había recalado ese hombre enjuto y estrafalario, que concitaba todas las miradas y suscitaba todos los comentarios de quienes lo veían a cualquier hora, a veces embutido en pulcros trajes y, a veces, las más, con pantalones anchos de algodón y blancas semitúnicas, cubierta la cabeza con un amplio sombrero y calzado con leves sandalias de cuero. A pesar de los años, uno podía pensárselo en Ibiza, con el cabello largo, ya algo ralo, y el vistoso fular que, en su garganta, descendía en cascada de colores, como una aparición de los bellos Sesenta, cuando éramos tan jóvenes y escuchábamos a Cliff Richard, orgullosos de serlo y tener en las manos el tiempo.
Apostado en mi atalaya, lo había visto cruzar con el magín repleto de ecuaciones inverosímiles y un montón de papeles donde bullían sus sueños, una incógnita más para las gentes, que lo miraban sin indiferencia e incluso con recelo, suspicaces de la bohemia que delataba su indumentaria y el toque de locura que es la chispa de la genialidad. Un hombre singular, en cualquier caso; de eso no cupo duda a casi nadie…
Todo estaba maduro para el encuentro... Coincidimos en una librería: Usted debe de ser el señor Faílde, sospecho que me dijo, y yo le respondí: El señor Salguero, supongo. Aquello fue el principio de una bella amistad, mientras el negro Sam tocaba Casablanca y el avión de la tarde despegaba de Gibraltar.
Relato estos sucesos porque, importantes, sin duda, para mí, allegan al lector la necesaria imagen de un hombre que, en el ápice de una vida, sabrosa de aventura y ahíta de experiencia, ha hecho de las tres una sola, proteica y multiforme razón existencial, confiriendo a la praxis literaria el caudal de sus ideales, ensoñaciones, creencias, biografía, mezclando realidad con ficción y persona con personaje: él mismo, autoinmolándose en la escritura para, al fin y a la postre, mendigar un amor imposible a las gentes anónimas de la más inhumana sociedad que haya sufrido el hombre o, simplemente, como afirmó Félix Grande, pedir socorro.
En el aniversario del Quijote -que ahora celebran quienes lo desterraron de nuestros planes de estudio-, nadie más quijotesco que Salguero, en quien confluyen, por una parte, el sentido de la contradicción y, por otra, la extrema lucidez del que abdica de la razón y se traslada al dominio de la utopía, huyendo de los ídolos, las trampas, la dolorosa inanidad de un mundo que ha vendido sus sentimientos, sus conquistas más elevadas, por un mísero plato de lentejas.
Hay que verlo avanzar en el rocín de sus pensamientos. Irónico y directo, malediciente y tierno, siempre halla una causa en que implicarse. No es de extrañar por ello su incursión en el ámbito taurino, metáfora tal vez de un planeta globalizado, donde la fuerza viva, el impulso telúrico del toro, sucumben a una espada que, limpia en apariencia, manejan a su antojo los más sórdidos intereses. Prevalece, no obstante, la belleza; y el arte –otra utopía- se ciñe a los lamentos para salvar la fiesta, lo lúdico, que constituye el lado infantil de la humanidad.
En efecto: ni la vida ni la obra ni los actos de José Salguero se pueden entender sin el concurso de la belleza. Es adicto a lo bello. Cuando aflora lo hermoso en cualquier cosa o hecho, hay que verle los ojos, anegados en luz, mientras exclama, como un niño grande: ¡Qué bonitooo, qué bonitoooooooo!, presa de la emoción. Será quizá por ello no permite que se le escape la más pequeña brizna: con su cámara a cuestas, podría definírsele como un fotógrafo compulsivo, capaz de congelar en una imagen un ínfimo destello de esa belleza ansiada, en medio de un océano de fealdad.
No es baladí la anécdota. La retina del escritor descodifica el orbe de lo real y, al convertirlo en imágenes, crea un código diferente, a imagen y semejanza de sus propias ensoñaciones. Entre la realidad y el deseo media –al menos, en este caso- una cámara fotográfica.
La imagen. Delante de unas copas de Ribera del Duero, Dolors y yo pasábamos revista a las últimas instantáneas, recuerdo de una noche de vino y rosas que, a despecho de los censores –como escribiera el viejo Ibn Abi Ruh-, quemamos con incienso en Las Duelas, una de esas tabernas tal de antaño, de las que florecían con los poetas a la orilla del Río de la Miel. En un momento dado, cuando el aroma de la bebida trepaba por el humo de los manjares, Salguero, con el mimo habilidoso de un prestidigitador, sacó de la chistera un pequeño cuaderno: sus poemas.
Quién nos lo hubiera dicho. Acostumbrados al vigor de la prosa de sus libros y artículos, aquel mínimo mazo de poemas se abría ante nuestros ojos como naipes, de manera que la revelación no se hizo esperar. Alentaba, en efecto, la poesía en los poros del verso, desvelando el secreto de su perpetración. "Cuando respira el mar", es ahora un pedazo de vida, revestido de la palabra creadora: la imagen que compone y descompone el mundo, a la exacta medida del autor.
Allí están los lugares cotidianos y los que la nostalgia tiñe color crepúsculo, a la sombra de ancestros imprescindibles: Machado, desde luego, Berceo, José Luis Cano y, cómo no, la veta popular, con resabios folclóricos a veces o rajada y terrible, con festones de cante jondo.
Allí está la protesta, la quejumbre –serena o airada- de quien se siente herido por la injusticia y se sabe partícipe del ajeno sufrir. El dolor de ser hombre, la esperanza a que habrá de agarrarse para no perecer.
Y el amor. Porque, en última instancia, todo confluye en él, ya se trate de ese perpetuo idilio entre el poeta y su tierra (el microcosmos de la bahía de Algeciras, salpicado de toques costumbristas, con sus barcos cargados de misterio, las playas que el invierno baña de soledad), la mano que se tiende, crítica y solidaria, o el culto apasionado a la mujer, en su triple vertiente de madre, hija y esposa. Amor, a bocanadas de pasión y belleza, que eso, al fin y al cabo, resume la poesía.
Aquí está la de un hombre que tiene aún muchas cosas que decirnos, alumbrando con el sol de su bondad –son palabras del propio Salguero- jardines solitarios y corazones rotos.
Como juglar de solemnidad, se ha ganado un lugar junto al fuego.



Domingo F. Faílde
Poeta
Isla Verde, enero, 2005


AIRE RECIÉN HORNEADO


Miro el libro y recuerdo los ojos del amigo, rientes como olas que explotan en la arena. Observo su ansiedad, ese amor con que mira las páginas ya hechas y se le abre el alma abrazando el cuaderno. Veo el sueño de alguien que cree en la palabra. En un mundo de dimes y diretes, en un mundo de economías burdas y de falsos principios, él, José Salguero, aún cree en la palabra y me deja extendidos sus versos y me anima a escribirle, tan sólo, unas pequeñas notas:
Cuando José Salguero hace respirar su poesía, el mar de la palabra dibuja barcos blancos, blanquísimos veleros que cruzan el caudal de las perennes aguas de la metáfora. Él es todo corazón, todo libertad, todo verso que se mira en el Estrecho, buscando decir algo. ¿Cómo decir la lucha en forma de poema? ¿Cómo cantar, a una, el amor, la discordia existente en la especie marchita, el equilibrio y el desequilibrio? ¿Cómo comprometerse con un cuerpo y con todos los cuerpos? ¿Cómo convertirse en otros, sin dejar de ser uno?
Un sultán de la noche que teje versos para cazar las sombras y devolver la luz a la ciudad, la luz a los que llevan la ciudad, la luz a las mujeres que pasean sus calles y duermen en bahías, la luz a los que leen estos primeros sueños, estos versos recién nacidos, este decir apenas balbuciente, pero mordiente -fuego que roba ya al Prometeo alquímico-, este aire recién horneado.
Sencillo es este hombre que asegura: Escuché cómo las olas se rompían/ bajo el sol de las dunas. Y más tarde nos dice No dio tiempo a decirle que la amaba. Y confiesa limpiamente: Deseo besarte y no alcanzo,/ desde la ventana de mi casa. Labriego perenne de vocablos al que acompaña “el mulo terco del pensar”. Hombre lúcido que grita: Anchos son los campos de Castilla y estrechos los de Andalucía. Poeta que pronuncia: Sentí la muerte hace años/ y aún retumba en mis oídos su aullido/, en esos vestuarios solitarios de hielo.
Un buen paso, este libro, para comenzar la andadura del poema.
Que las musas del mar le sean propicias durante toda la travesía.



Dolors Alberola
Poeta

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--5º)Puerta de son y sombras
-Tauromaquia Campo de Gibraltar (Cádiz), temporadas 2004 y 2005. Consta de 448 páginas y unas 800 ilustraciones realizadas por el autor.


Prólogos y frases

A José Salguero, lo considero salvando las distancias como a aquél Mariano José de Larra. Aquél escritor que en sus escritos produjo una convulsión en la sociedad española del siglo XIX. Y se le podría atribuir la frase que decía: --Mi vida está condenada a querer decir, lo que otros no quieren oír--.
Lo defino como el mejor estilo itinerante, de aquellos viajeros ilustres del siglo XIX, como fueron aquellos hombres que venían y se encontraban una España distinta. Y como esos escritores que vinieron a uñas de caballo. Él ha sabido reencontrarse con ese pueblo al que tanto quiere como es Algeciras.
Salguero es un apasionado escritor que quiere contar lo que ve sin influenciarse de nada y de nadie. Y su éxito es su independencia. Su libertad. Él escribe su libro, él hace las fotografías de su libro, él edita su libro y él sólo vende su libro.
Creo que tiene un mérito extraordinario, porque por encima de todo es un hombre absolutamente libre e independiente. Palabras difíciles hoy como anda este mundo, muy difíciles. Y ese es el gran mérito que tiene mi amigo José Salguero Duarte.

Crescencio Torés Butrón
Escritor y periodista taurino


Me siento obligado a conectar a Salguero con el deslumbramiento por el toreo que sintió Ernest Hemingway. Este escritor fue el primero que se preocupó de ver a los personajes de nuestro espectáculo como un todo, radicalmente ontológico, en pura linealidad Hemingway podía pasarse horas enteras hablando con picadores, peones de brega, mozos de espadas, monosabios, mayorales, maletillas con almas suicidas, al igual que intentaba perfilar con su pluma la emoción que sentía al contemplar un quite por verónicas de Antonio Ordóñez o un par de banderillas al quiebro de Luís Miguel Dominguin.
A Ernest Hemingway se le acusó de simplista ante esta conducta, lo cual ya no podría hacerse con José Salguero, aunque use la misma técnica, ya que el Nóbel americano consiguió de esta forma popularizar mundialmente nuestra fiesta.

Rodolfo Velázquez
Médico cirujano y Poeta



Pepe Salguero: Poeta de la otra mirada

Amante de su tierra como el que más y no duda en denunciar todos aquellos renglones torcidos con los que tropieza a menudo.
Al igual que los autores de la generación del 98 les dolía España. A él le duele nuestro Campo de Gibraltar. A veces su ardoroso verbo puede herir sensibilidades, pero cuando le existe la razón, su razón, convierte la pluma en vengadora y puntiaguda espada; arremete a diestro y siniestro sin tregua, tal que anduviese ante un felón de ilustres historias decimonónicas.


Ángel Gómez Rivero
Escritor, Cinéfilo y Profesor Escuela Politécnica Superior de Algeciras


--"Es un hombre que ama y respeta a Algeciras"

Juan Antonio Palacios Escobar, Alcalde de Algeciras


--"Es un personaje muy especial"

Felipe Mediavilla
Tte., de alcalde de Feria y Fiestas de Algeciras

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---Año 2006
---6º)Conferencia Internacional de Algeciras y actos del Centenario 1906-2006
-Sobre el reparto del norte de África llevado a cabo por las grandes potencias mundiales en la referida conferencia celebrada en Algeciras y actos de su centenario. Escrito desde la otra orilla a los poderes establecidos. Consta de 304 páginas y unos 304 documentos e ilustraciones fotográficas de los eventos realizadas por el autor.

Prólogo

AUTÉNTICO SALGUERO

Presto y dispuesto, José Salguero Duarte, escritor y mecenas de sus propios libros, que a pocos deja indiferente, lo tuvo claro. La oportunidad pasó ante sus ojos, y él no dudó en asirla y mimarla. Lo que en un principio concibió como una idea espléndida para la redacción y publicación de varios artículos en El Faro Información sobre la Conferencia de Algeciras de 1906, se transformó en un libro de este escritor comprometido, nacido en La Línea de la Concepción, de prolija capacidad creativa.
En un abrir y cerrar de párpados pensó en escribir este volumen que usted tiene ahora entre sus manos. Su propósito no era otro que investigar, encontrar documentos que aportaran luz y taquígrafos a la Conferencia. Y a fe que lo ha conseguido. Uno ha sido testigo privilegiado de los orígenes de este volumen. Cómo fue concebido y, como un ente vivo, fue creciendo y evolucionando. Su gestación fue rápida y el parto, sin dolor.
Lo que en principio era una sucesión de documentos sobre ese evento histórico, se transformó en algo más made in Salguero, un collage literario. Incluyó sus artículos periodísticos. Su particular visión de Algeciras cien años después de aquella Conferencia. Pero lo ha hecho sin dejarse encorsetar por academicismos. Ha sido como él. Libre. Libre para contar lo que ha querido, porque para eso se financia sus propios libros, y libre en la forma de expresar y distribuir su mensaje. En su afán desmedido por documentar sus afirmaciones y aportar pruebas sobre lo escrito llega al detalle. A lo nimio, pero como dicen los anglosajones el diablo a veces está en el detalle.
En la cabeza del autor ha estado durante estos últimos dos meses su deseo de hacer su particular aportación a la Conferencia. Ha pensado en elaborar un libro que sea una referencia en el futuro, una referencia obligada para quienes dentro de algunas décadas busquen datos sobre lo acontecido en 1906, pero también en 2006.
Salguero ha sustituido momentáneamente la poesía por la prosa. Cuando respira el mar, su poemario editado en 2005, abre paso a este libro sobre la Conferencia. Genio y figura, el escritor linense sigue sin dejar a nadie indiferente. Desde su atalaya semanal periodística cuenta verdades. No suelen gustar, pero a él no le preocupa. Se descubre pocas veces la cabeza, pero cuando lo hace es de verdad, porque lo siente, porque cree que su interlocutor así lo merece.
Ha salpicado Algeciras con su imagen. Su figura, como sus artículos, no pasa desapercibida. Es auténtico. ¡Qué atrevido, hoy en día, definir así a alguien sin temor a equivocarse! Pero él lo es.
Tiene en la disciplina una fiel compañera y en sus principios un referente ineludible. Para quienes no le conozcan, tengo que decirles que debajo de ese sombrero hay una persona educada, amable, yo diría obsesionada por su creación literaria, pero sobre todo azote de las injusticias, de los enriquecimientos ilícitos, de la falta de ética, del desarrollismo, de la traición. Es capaz de cantarle a los pétalos de una rosa, pero también del vilipendio a quien prevarica. Ahí no perdona. Por eso es genio y figura. Por todo ello merece el apoyo de quienes le tenemos entre nuestro aprecio. Por ello, por su esfuerzo y por la novedad de los documentos que aporta en este volumen sobre la Conferencia de Algeciras, José Salguero Duarte, adalid de la cultura alejada del oficialismo, merece nuestro elogio y atención.

Pedro García Vázquez, periodista
Director de El Faro Información

Algeciras, 15 de marzo de 2006

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---7º)Setenta y Cinco Lunas
-Poemario de 96 páginas con 25 ilustraciones realizadas por el autor. En el 75º Aniversario de la proclamación de la II República. Dividido en tres partes: Flores y guerra, Juan Martínez Andújar y Voces del Pueblo

Prólogo

Cuando el submarino nuclear Británico Tireless, atracaba en el puerto de Gibraltar, el 19 de mayo del año 2000, nunca pudo imaginar que su visita además de provocar una gran indignación y malestar entre los habitantes del Campo de Gibraltar, iba a servir para que yo pudiera encontrar, a unos de los personajes más singulares que he podido conocer.
Sí, fue al calor de las movilizaciones de protestas contra el submarino de su “graciosa majestad”. Y concretamente cuando conocí a Pepe Salguero, fue en la huelga de hambre, que él y ocho personas más de la comarca, realizaron en los salones del Ayuntamiento de Algeciras.
Seis años después, tengo el enorme orgullo de prologar su libro Setenta y cinco lunas. Un poemario que no por casualidad se llama como se llama y, ni tampoco por casualidad sale publicado este año; año de la conmemoración del 75º Aniversario de la proclamación de la II Republica Española.
Salguero, hombre leal, luchador, reivindicativo, subversivo, polémico y libre, no podía dejar pasar esta fecha sin dejarnos estas perlas. Perlas que por su exclusividad no son blancas, sino negras. Negras del dolor y del sufrimiento, de aquellos que vieron truncadas sus ansias de progreso y de libertad en un oscuro día de mes de julio de 1936.
Al leer los versos de mi amigo Pepe, me ha corrido por todo el cuerpo, el estremecimiento del frío de los amaneceres rotos, por las cargas de los pelotones de fusilamientos, que cumplían sin ningún tipo de contemplación, las sentencias sumarísimas de aquellos Tribunales Militares de los sublevados.
Les recomiendo, que cuando abran las páginas de este libro y lean los poemas que en él encontraran, pónganse en la piel de aquellos agricultores sin tierra; en la de aquellos trabajadores de la mar; en la de aquellos maestros de la Institución Libre de Enseñanza y, si lo consiguen, podrán sentir la esperanza y ver la luz que para todos ellos significó, la llegada a España de la II República.
A nadie se le escapa, que sobre todos estos poemas planea la sombra de un gran amigo común de Pepe y mío, Juan Martínez Andujar. Juan, nos dejó este año y eso también habrá motivado en algún grado, la necesidad de Salguero de realizar éste su último homenaje.
Nosotros, los comunistas algecireños, tenemos una gran deuda con José Salguero Duarte, por el trato y comportamiento hacia nuestro camarada Juan. Y aprovecho esta oportunidad para de una forma pública agradecérselo, porque él llenó muchos espacios vacíos en la vida de Juan, ya que otros por miles motivos no pudimos.
Gracias Pepe, por tu forma de ser. Gracias por tus poemas que nos recuerdan lo que otros quieren enterrar. Gracias por depositar en mí la tarea de prologar este magnifico libro. En fin, Pepe, sigue así y no cambies, porque hace falta en esta sociedad muchos Salguero Duarte, que golpeen permanentemente la conciencia dormida de muchos ciudadanos que como decía Unamuno en su obra Solitaña son “Caracoles humanos”.
Gracias, Salguero; gracias Tireless.

Andrés del Río Alcántara


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AÑO---2007

8º)- UN POEMA DE AMOR Y TREINTA ARTÍCULOS DE OPINIÓN


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AÑO---2008

9º)---MURO

Poemario de 120 páginas compuesto de tres cuadernos y de 77 poemas.

PRÓLOGO


LA POESÍA COMO MURO A LA INJUSTICIA




He tenido el privilegio de asistir al pie de las trincheras al alumbramiento del José Salguero poeta, desde aquel inesperado y sorprendente poemario titulado “Cuando respira el mar”, que venía avalado magníficamente por dos prologuistas de excepción como son Domingo F. Faílde y Dolors Alberola, dos de los poetas más importantes del panorama literario no sólo de la comarca sino también a nivel nacional.
En él asistimos a un clamor lacerante por parte del autor ante el asesinato del mar a manos de los gobiernos y las empresas como tema central, que dota de unidad al poemario. Cabe recordar que el poeta no sólo predica con su poesía, sino que también se manchó de chapapote sus manos de artista en las costas gallegas como voluntario, para limpiar las playas de la inmundicia que le arroja esta sociedad delirante y desenfrenada. Esta acción generosa nos subraya su compromiso activo con el Medio Ambiente y con la Naturaleza, que reitera en forma de certeros poemas de denuncia y de rabia.
Y es que la poesía de José como sus artículos, sus ensayos o sus cuadros no dejan indiferente a nadie. Te agrede o te emociona pero siempre penetra profundo en las conciencias a menudo tan embotadas de basura y de apatía. Su estilo, como él mismo reconoce, es deliberadamente abrupto para no dar concesiones a la floritura desmesurada ni a palabras superfluas.
No encontrará el lector adornos ni alaracas. No hay ni una sola palabra que esté de más en sus poemas ni imágenes gratuitas. Cada palabra tiene su peso específico y determinante. Tampoco es generoso con la forma ni con la sonoridad. Salguero prefiere mutilar el ritmo deliberadamente, para que el poema termine con brusquedad pero clavándose a fuego en nuestras mentes, obligadas de inmediato a reaccionar y a tomar partido a favor o en contra de la idea planteada. Por ello toda la importancia de su poesía radica en su mensaje afilado en su contenido, que no puede ser disfrazado con afeites distorsionadores ni con máscaras. No se permiten colorantes ni conservantes, sucedáneos ni placebos. Todo es crudo y directo, desnudo y descarnado.
Y ahora, tras su emotivo y beligerante “Setenta y cinco lunas”, donde la figura enorme de nuestro admirado y recordado Juan Martínez Andujar recibe la dimensión que se merece por su incansable lucha por la libertad, nos llega este “Muro”, donde jugando con la polisemia de su título, pues se refiere tanto al municipio soriano donde el autor moró durante muchos años, como a la empinada pared que hay que subir cada día para alcanzar la verdad, la libertad y la justicia.
José Salguero Duarte, nos espeta a bocajarro un poemario con todos los ingredientes anteriormente analizados, pero que aporta temas novedosos y asuntos para la reflexión y el debate.
El pasado es en mi opinión un tema capital en este libro maduro y lleno de emociones y vivencias personales. Uno de los poemas más representativos, el titulado significativamente “Miedo sin rostro”, que termina con este verso lapidario e incisivo: “en el doliente recuerdo del pasado”.
Creo que en él se resume uno de los grandes caballos de batalla de esta obra. La revisión del pasado con sus luces y sus sombras, con sus fantasmas y sus miedos, pero también con sus momentos gloriosos y sus mieles analizados en su justa medida con valentía y decisión.
El amor es otro gran asunto en este libro. El amor actual desbordante y pleno que goza el autor y esos otros amores no menos importantes como es el amor a los hijos o a la madre y, a aquellos amores que jalonaron la vida y que dejaron huellas indelebles.
Nunca puede Salguero olvidarse de abordar el tema de la Guerra Civil y las calamitosas consecuencias que produjo para España la victoria de las hordas franquistas.
Encontramos en algunos poemas homenajes emocionados a poetas del 27 y del 36 que lucharon en pos de una nación más culta, más habitable, más libre, más justa. Alberti, Hernández, Machado o Neruda inviven en estos versos reivindicativos y militantes.
La soledad, la injusticia, el dolor, la pobreza, la política o la ecología tienen gran importancia en esta compleja obra que aborda temas sociales, políticos, ecológicos y culturales, con un calado de gran profundidad y compromiso como es habitual en nuestro autor.
No puede olvidar José el homenaje obligado a las víctimas del 11 M o exigir más progreso para Andalucía, pues son asuntos muy presentes en el devenir de este escritor libérrimo, independiente, transgresor y valiente, que hace de su poesía un muro a la intolerancia, la injusticia y los atentados contra la libertad.
Es un placer para mí prologarte este intenso y complejo poemario, buen amigo.


Juan Emilio Ríos Vera
Poeta
Presidente Ateneo de Algeciras

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